sábado, 21 de febrero de 2009

Olivas

Dicen que sueñas.
Me lo contaba mi abuelo mientras se sacaba los huesos de la boca con la velocidad de una ametralladora. Si comes olivas por las noches, sueñas. Me confesaba, por lo bajo, para evitar que mi padre lo pudiese escuchar, que desde la muerte de la abuela, con un puñado de esas olivas negras que recogíamos del suelo, escarbando entre los terrones de tierra, de los campos del marqués, podía verla todas las noches.
Sabía que no era real, pero hacía más llevaderos los días. Como solía comentar: los sueños son el cine de los pobres.
Con los años, alguien me lo comentó. Alcaloides.
Es la misma sustancia que tiene la marihuana o el hachís. Las olivas contienen alcaloides en pequeñas concentraciones.
Ahora, por las noches, cuando me sirven una ensalada, retiro las olivas.
Nunca sabes en qué esquina hay que torcer ni en qué sueño aparecerá tu abuela.